Cuántas veces nos hemos llenado de comida sin tener realmente hambre, quizás lo que realmente necesitamos es un día de descanso, un abrazo o incluso una buena llorada.

La verdad es que nadie nos enseñó a identificar lo que necesitamos emocionalmente o a reconocer lo que le hace falta a nuestro cuerpo. Yo por ejemplo, esta semana tuve un día de alergia que me dejó sin energías, hubiera podido optar por quejarme todo el día, pelear con el clima o con la taza de leche de almendras que creo me hizo daño, pero decidí tomarme tiempo de descanso y escuchar a mi cuerpo que me estaba diciendo para y deja de exigirte, esta bien no estar bien por un día.

¿Cómo te va identificando lo que necesitas? Creo que muchas veces confundimos el hambre física con el hambre del espíritu, intentamos llenarnos con compras, comida, buscando la aceptación de otros, pero la llenura que tu alma pide no viene de ahí, viene de bajar las barreras del ego para compartir con otros desde un lugar de vulnerabilidad, viene de dar ese abrazo que tanto has querido, de mirarte al espejo y decirte te amo, de pedir perdón cuando sabemos que fuimos ofensivos o que podíamos haber reaccionado de manera diferente.

Yo he confundido el hambre espiritual millones de veces, pero cada vez que me siento en el tapete de yoga y cierro los ojos me pregunto: “Nati, ¿qué puedo hacer para que te sientas plena hoy?”, entonces me escucho y cada vez que lo hago me siento más segura pues recuerdo que mi vida no es una serie de eventos desafortunados sino que yo puedo crearla y por eso decido participar en ella con paciencia y disfrutando mis luces y sombras.

Esta es una buena semana para preguntarte ¿qué tipo de hambre tienes? acaso tienes hambre de libertad? ¿De reconocimiento? ¿de afecto? Exígele menos al mundo y empieza a brindarte eso que tanto quieres, escúchate para que tu llenura en esta temporada de fiestas provenga del ser, y que sea este el combustible de la alegría que quieres compartir. Estira, respira, ilumina!

 

Un fragmento inspirador

Transitamos por un momento de cierre de ciclos y proyección de un nuevo año, mientras nos preparamos para darle la bienvenida al 2022 te recomiendo seguir las instrucciones de este pequeño texto: “…da las gracias al ser divino que habita en ti; la energía que te sostiene es la fuente de toda vida. Agradece esa nueva vida antes de que se manifieste. Reconoce el poder que albergas, pídele a la vida maravillosas sorpresas, sincronicidades y coincidencias que te brinden una existencia dichosa. Irradia amor para dar impulso a esa nueva vida”, (Sobrenatural, Joe Dispenza). 

Desde ya felices fiestas!

 

PD: Me alegra mucho que inauguremos este espacio de conversación, ¿sobre qué temas te gustaría leer por aquí? Deja tu opinión en los comentarios, esta es una invitación a construir colectivamente este Blog y no puedo hacerlo sin ti. Un abrazo, Nati.